Me gustaría poder entender lo que escribo y de verdad aplicarlo, pero es algo que me ha costado aprender; sigo parada en lo que no existe y esperando lo que no llegará; y la mejor respuesta que encuentro es esperar. Esperar a lo que tenga que llegar, esperar a quien tenga que llegar; esperar pero no dormida ni congelándome, si no esperando en acción a lo que respecta a lo demás.
No quiero perder las vivencias de mi juventud ni llegar al tiempo maduro pensando en las cosas que no hice; debo preocuparme por las cosas que debo hacer ahora y dejar que fluya lo que tiene que fluir. Tranquila, sin presiones y disfrutando el cada día, las 24 horas, los siete días, las semanas, meses y años que me quedan.
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